El viaje de Carlos José Recinos en la agricultura sostenible
En Ahuachapán, El Salvador, Carlos José Recinos es más que un agricultor: es un faro de cambio en su comunidad. A sus 31 años, Carlos trabaja como promotor agrícola en el centro de formación Tierra Saludable Ameyalli (TSA), donde ha tenido un impacto significativo desde 2021. Su dedicación y compromiso con la agricultura sostenible no solo han transformado sus propias prácticas agrícolas, sino que también están inspirando a quienes lo rodean.
Pasión por aprender y enseñar
Carlos se unió a TSA con un fuerte deseo de aprender y compartir sus conocimientos sobre buenas prácticas agrícolas. A pesar del escepticismo inicial de los agricultores locales, se mantuvo firme en su misión. «Para algunas personas, dejar residuos de cultivos o plantar cultivos de cobertura significa ser un agricultor sucio», explica Carlos. Muchos desconocían que estas prácticas mejoran la calidad del suelo y pueden aumentar el rendimiento y los ingresos.
Durante su primer año como promotor agrícola, Carlos consiguió reunir a un pequeño grupo de seis agricultores dispuestos a adoptar estas prácticas. A través de escuelas de campo y sesiones de formación práctica en TSA, Carlos profundizó en el conocimiento y la aplicación de técnicas sostenibles. Trabajó incansablemente junto a su grupo, demostrando los beneficios tangibles de aplicar buenas prácticas en sus parcelas.
Demostrando el poder de las prácticas sostenibles
La dedicación de Carlos dio sus frutos. En un año, los resultados fueron innegables. Los agricultores vieron aumentar la producción de sus parcelas, lo que sirvió de demostración fehaciente de la eficacia de la agricultura sostenible. «No fueron las palabras lo que motivó a los agricultores a unirse al programa; fueron las cosechas. Las parcelas de nuestros promotores tienen que ser un faro. Las pruebas eran claras: la producción aumentaba», afirma Carlos.
Este éxito ayudó a cambiar la percepción de la agricultura sostenible en su comunidad. Más agricultores empezaron a tomar nota y se sintieron motivados para unirse al movimiento hacia la transformación agrícola. Las parcelas de Carlos se convirtieron en un ejemplo vivo de cómo la adopción de buenas prácticas puede dar lugar a mejoras significativas en el rendimiento y los ingresos.
Un asunto de familia
El compromiso de Carlos con la agricultura va más allá de su papel en TSA. No sólo cultiva cereales básicos como el maíz, sino que también mantiene un vivero de café. Esta empresa es un esfuerzo familiar, en cuyo mantenimiento participan activamente sus hijos y su padre. Juntos se aseguran de que el vivero esté bien cuidado y prospere.
Para Carlos, su familia es el motor de su trabajo. Su apoyo e implicación le dan la motivación para seguir defendiendo una agricultura responsable. «Mi familia es mi motivación para seguir trabajando e inspirando a otros a cultivar de forma responsable», afirma.
Mirando al futuro
La trayectoria de Carlos José Recinos es un testimonio del poder transformador del conocimiento y la perseverancia. Gracias a sus esfuerzos, no sólo ha mejorado sus propias prácticas agrícolas, sino que también ha desencadenado una ola de cambio en su comunidad. Su historia pone de relieve la importancia de aprender, compartir y demostrar los beneficios de la agricultura sostenible.
Mientras Carlos mira hacia el futuro, su compromiso de fomentar una comunidad agrícola sostenible y próspera en Ahuachapán sigue siendo inquebrantable. Sigue inspirando a otros para que abracen el cambio, demostrando que con dedicación y trabajo duro es posible cultivar tanto la tierra como un futuro mejor.
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